viernes, 5 de febrero de 2016

Calle del Ratón (ahora tramo de la calle de Melchor Ocampo)

  • Nomenclatura de 1794: Calle de las Alcantarillas (tramo) o Calle 10a. de las Alcantarillas.
  • Nomenclatura de 1840: Calle del Ratónparalela a las calles de San Nicolás (ahora tramo de la Avenida Madero Poniente) por el lado sur; y de las Rosas (ahora tramo de la calle de Santiago Tapia) por el lado norte.
  • Nomenclatura de 1869: Calle de 1ª de Allende (tramo).
  • Nomenclatura de 1929: Calle de Melchor Ocampo (tramo).
  • Cuartel (1794, 1840 y 1868): Número 2.
  • Sector actual: República


La antigua calle del Ratón posee un lugar muy importante en la ciudad, no solo por su ubicación sino por su historia. Podemos comenzar a referirnos a esta calle a partir del periodo colonial, periodo en el que formaba parte de la antiquísima Calle de las Alcantarillas (esta abarcaba las actuales calles de Melchor Ocampo y Aquiles Serdán), siendo esta la última de diez manzanas que la conformaban. Finalizado el periodo virreinal la calle de las Alcantarillas se fraccionó por manzanas para asignar una nueva nomenclatura, de modo que, el par de manzanas ubicadas en el extremo poniente de esta recibió el nombre de la Calle del Ratón; para el año de 1869 se realiza una nueva nomenclatura muy nacionalista, la cual se caracterizó por abarcar varios pares de manzanas en una sola calle, quedando incluida la calle del Ratón en la Calle  1ª de Allende (esta abarcaba por completo la actual calle de Melchor Ocampo). Finalmente en el año de 1929 esta cambia de nombre por el de Calle Melchor Ocampo y es el que conserva hasta hoy en día.


Placa de nomenclatura asignada en el año de 1840, a pesar
del deterioro es casi un milagro que se conserve

Como Calle del Ratón, esta corría de oriente a poniente, comenzando a partir de las esquinas de las  calles de 1ª y 2ª de Jazmines (ahora cruce de las calles de Guillermo Prieto y Melchor Ocampo) en el extremo oriente; y terminaba al encontrarse con la  calle de la Compañía (ahora calle de El Nigromante), frente al Colegio de San Francisco Xavier, hoy Palacio Clavijero.

A pesar de que estas placas no son las originales de 1840
sirven de modo ilustrativo
 

Respecto a la historia de esta calle es importante mencionar que en las primeras décadas del siglo pasado esta estaba compuesta por casas de buen aspecto, estaba bien enlozada así como bien empedrada y es regularmente transitada. En ella se encuentra la entrada sur del Colegio de San Nicolás, el cual abarca casi en su totalidad la manzana sur de esta calle. 

Puerta de entrada del Colegio de San Nicolás

El nombre tan curioso que esta calle llevo en el año de 1840 surge a raíz del siguiente hecho acontecido en la antigua Valladolid:

"Era el año de 1811, la ciudad de Valladolid pasaba días de espanto y de terror. Don Torcuato Trujillo, suprema autoridad militar, era la personificación de la crueldad; tanto que hizo exclamar a Calleja: Trujillo es un loco con una espada en las manos.
Muchos vallisoletanos andaban peleando al lado de los insurgentes y las familias de estos eran constantemente objeto de vejaciones. A mayor abundamiento, Manuel Muñíz, el célebre guerrillero, había atacado dos veces la ciudad en aquel mismo año (28 de mayo y 19 de julio) y Trujillo, enfurecido, descargaba su ira contra los sospechosos de convivencia con los americanos.
Entre los vecinos de Valladolid que militaban en las filas de Muñíz, se encontraba don Manuel Villalongín, persona de familia medianamente acomodada, que tenía en la ciudad a su esposa con dos pequeñas hijas.
Doña Josefa Huerta Escalante que así se llamaba la esposa de Villalongín, recibía frecuentemente cartas del campo insurgente, pues era un hábil y entusiasta propagandista de la causa nacional.
En los últimos días de agosto, recibió doña Josefa una carta de Muñíz, fechada en Acuitzio en donde tenía su Cuartel General y dirigida al Teniente José M. Monroy, que militaba a las ordenes de Trujillo.
Monroy era un valioso elemento que los insurgentes necesitaban tener de su parte, y en la carta de Muñíz lo invitaba con las frases más patéticas y sinceras a que se pasara a <<la justa causa de la Independencia; pues no había razón para que estuviera defendiendo un injusto derecho, que nada más por capricho lo querían sostener  los ultramarinos a  costa de las vidas de nuestros mismos hermanos>>.
Doña Josefa recibió la carta para  hacerla llegar a su destino; ¿más de quién valerse para conseguir  tal objeto?
En el propio regimiento militaba como corneta mayor José Villaseñor, alias "El Ratón", joven de veinticinco años, apuesto garboso, hijo de la propia ciudad, Villaseñor cultivaba relaciones amorosas con una joven amiga de Doña Josefa Huerta, llamada Josefina Navarrete; con ella pues, irían a entrevistar a Villaseñor y éste sería el conducto más seguro para que la carta llegara a manos de Monroy.
Dicho y sucedido, el día 2 de Septiembre, como a las nueve de la noche, las  dos mujeres fueron a entrevistar al corneta mayor en el cementerio junto a la catedral, y allí lo convencieron para hacer llegar la carta de Muñíz a su destino. El infortunio quiso, sin embargo, que aquella empresa fuera desgraciada. Delatado el Ratón fue preso y sometido a un Consejo de Guerra el día 3 de septiembre. En el expediente que se formó con tal motivo claramente consta que fue sentenciado a muerte, la cual se aplicó al día siguiente, 4 de septiembre, entre una y dos de la tarde, muriendo José Villaseñor alias "El Ratón", con la entereza, valor y energía de los que, conscientes mueren por una causa justa. Este valiente vivía en la última cuadra de la que es hoy calle de Melchor Ocampo".

Vista de la Calle del Ratón en la actualidad

Debido a la poca importancia que se le dío a este hecho es casi desconocido por los actuales moradores de la ciudad y por los que a diario transitan por esta calle tan bulliciosa, a pesar de no tener un monumento que recuerde su hazaña, este heroe anonimo paso a la posteridad dando su apodo a una calle que desafortunadamente lanzó este mismo sobrenombre al olvido al "modernizarse", pero que hoy recordamos como uno más de los hijos destacados de nuestra ciudad.

Otra vista de la Calle del Ratón
Con información de:
Chávez, A.. (1987). Morelia y sus Nomenclaturas. Morelia, México: FIMAX.

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