martes, 26 de octubre de 2021

Calle del Granjeno (o del Grangeno)

  • Nomenclatura de 1794: Calle del Granjeno (tramo).
  • Nomenclatura de 1840: Calle del Granjeno.
  • Nomenclatura de 1868: Calle 10a. de Aldama.
  • Nomenclatura de 1929: Calle de Nicolás Bravo (tramo).
  • Cuartel (1794 a 1929): Número I.
  • Sector (a partir de 1929): Independencia.

La existencia de este tramo de la actual calle de Nicolás Bravo, puede rastrearse en referencia a la historia de la nomenclatura de la misma a partir del año de 1794, durante la asignación de la misma este primer par de manzanas formo parte de la Calle del Granjeno, también pudo habérsele conocido como 1a del Granjeno, esto en base a diferentes fuentes que mencionan las calles como 1a, 2a, 3a, etcétera a partir del eje rector que desplantaban, en este caso la actual Avenida Madero Poniente.

Posteriormente durante la segunda asignación de nomenclatura, la calle recibe nombres por cada par de manzanas que la conformaban, es decir el tramo más al norte y del cual estamos tratando, continuo conservando el nombre de Calle del Granjeno, este caso no fue el único en el que se conservo o respeto parte de la nomenclatura del año de 1794 (por ejemplo lo mismo ocurrió con la Calle del Cedro -ahora Morelos Norte-, donde el primer par de manzanas conservo el mismo nombre).

Durante la asignación de la tercer nomenclatura de la ciudad, se retoma el modelo virreinal de conformar y asignar nombres a las calles incluyendo los pares de manzanas que estuvieran dentro del trazo de la misma entre el eje rector y las orillas de la ciudad), de modo que la calle del Granjeno, así como las siguientes hacia el sur llamadas del Piadoso, del Trueno y del Fistol,  pasaron a formar parte de la ahora llamada Calle 10a. de Aldama.

Mas de medio siglo después, se asigna la cuarta y ultima nomenclatura oficial a las calles de la ciudad por lo que la 10a. de Aldama cede su nombre al de Nicolás Bravo y este es el nombre con el que actualmente se conoce.

Placa de nomenclatura correspondiente a la asignada en el año de 1840, si bien el edificio es de época mas reciente se tuvo a bien mantener en su sitio la placa que indicaba la ubicación de la Calle del Granjeno. 

No se conoce con precisión el origen del nombre de esta como Calle del Granjeno, como bien se sabe este nombre fue asignado por primera vez en el año de 1794, analizando la dinámica de asignación de nombres a las calles durante esta época nos damos cuenta que el sistema utilizado no era muy complejo, en general echaba mano de elementos arquitectónicos (sean iglesias o edificios particulares), anécdotas, o elementos naturales (como arboles o plantas que quizá crecían en la zona) que se encontraban en el sitio, por ejemplo, existió el Callejón del Sauz (ahora de García Pueblita), la Calle del Fresno (ahora de Guerrero), el Callejón del Mezquite (ahora de Fuerte de los Remedios), etcétera. 

Como calle del Granjeno (correspondiente a la nomenclatura de 1840), esta comenzaba en las esquinas de las calles del Ancón y del Brinco por el extremo norte (cruce con la actual Avenida Madero Poniente) y finalizaba al encontrarse con las esquinas de la Calle del Cautivo y la Calle de la Trampa por el extremo sur (cruce con la actual calle de Allende).

Vista de la antigua Calle del Granjeno desde la esquina de Allende (tomada de Google Earth)

sábado, 23 de octubre de 2021

De las placas de talavera de la nomenclatura de 1840 que sobreviven en la ciudad.

Como lo hemos mencionado antes la ciudad ha tenido cuatro diferentes nomenclaturas oficiales en sus calles desde el siglo XVIII, la primera asignada a la todavía llamada ciudad de Valladolid en el año de 1794 por órdenes del virrey gobernante en turno, mediante la cual se asignaban nombres a las calles existentes para esta fecha, esta se caracterizaba por tener varios pares de manzanas por cada calle, por ejemplo la Calle del Cedro (ahora tramo de la Avenida Morelos Norte), comenzaba a partir de las cercanías de la Plaza de San Juan de Dios (actual de Ocampo) y finalizaba en las cercanías de la Garita de Santiago (orillas del Río Grande). 

La segunda asignada en el año de 1840 por el Ayuntamiento de la ahora llamada Morelia, a diferencia de la de 1794 se caracterizaba por asignar nombres por cada par de manzanas, siguiendo los cánones empleados en otras ciudades del país desde finales de la época colonial, por ejemplo, la calle que actualmente conocemos como Guillermo Prieto, recibía en cada par de manzanas a partir de la cercanías con la Plaza de Armas los nombres de 1a de los Jazmines, 2a de los Jazmines, Calle del Gallo, 1a de las Lechugas y 2a de las Lechugas.

Posterior a esto hay un tercer cambio en la nomenclatura en el año de 1868, esta retoma la asignación de nombres por varios pares de manzanas por ejemplo la 1a Calle Nacional (ahora tramo de la Avenida Madero Poniente), se caracterizaba por honrar la memoria de los héroes que dieron libertad al país en sus diferentes movimientos sociales (Hidalgo, Iturbide, etcétera).

La cuarta y última nomenclatura asignada a la ciudad llega en el año de 1929 y es la que actualmente rige la zona centro y zonas aledañas al mismo.

Actualmente es común, que al transitar las calles de la zona centro y de la ciudad en general y encontrarnos con placas de diferentes materiales que nos indican el nombre de las mismas, en este caso y en específico en el primer cuadro de la ciudad existen aún en su sitio original placas de nomenclatura, nombre de edificios públicos y religiosos, así como números y letras que indicaban el numero de la casa o accesoria, todas correspondientes a la nomenclatura y numeración asignada en el año de 1840, en sus sitios originales. Algunos ejemplos de estas son los siguientes.

Sector Independencia (Antes Cuartel I)

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de Mira al Prado (ahora tramo de Rayón), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Rayón y Madero Poniente.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Grangeno (ahora tramo de Nicolás Bravo), se ubica empotrada en las esquinas de Nicolás Bravo y Madero Poniente, el edificio en el que se encuentra es de manufactura moderna pero se tuvo a bien mantener la placa en el sitio.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Gorrión (ahora tramo de Galeana), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Galeana y Guerrero.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Feo (ahora tramo de Abasolo), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Abasolo y Guerrero.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Sombrero (ahora tramo de Galeana), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Galeana y Allende.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Pez (ahora tramo de García Obeso), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de García Obeso y Fuerte de los Remedios severamente dañada.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de la Industria (ahora tramo de Rayón), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Rayón y Corregidora.

Placa que indicaba la ubicación del Portal de Matamoros, se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Madero Poniente, frente al Hotel Virrey de Mendoza.

Placa que indicaba la ubicación del Convento de San Agustín, se ubica empotrada en su sitio original en la puerta norte de la Iglesia de San Agustín sobre la calle de Corregidora.

Placa que indicaba la ubicación de la antigua Cárcel Publica, que se ubico durante el siglo XIX en la antigua Alhóndiga se ubica empotrada en su sitio original en la puerta poniente sobre la calle de Abasolo.

Sector República (antes Cuartel II)

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Obispado (ahora tramo de Benito Juárez), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Benito Juárez y la Plaza del Carmen.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Ratón (ahora tramo de Melchor Ocampo), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Melchor Ocampo y Nigromante.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de las Musas (ahora tramo de Melchor Ocampo), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Melchor Ocampo y Benito Juárez, se daño por la colocación de la placa de nomenclatura de 1929.

Restos de placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Estudiante (ahora tramo de Benito Juárez), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Benito Juárez y Madero Poniente, con severo daño.

Restos de placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de las Rosas (ahora tramo de Santiago Tapia), en su sitio original frente al jardín sobre Santiago Tapia.

Placa que indicaba la ubicación del Colegio de Santa Rosa María, se ubica empotrada en su sitio original en la puerta de acceso al actual Conservatorio de las Rosas.

Placa que indicaba la ubicación del Yglesia de Santa Rosa María, se ubica empotrada en su sitio original entre las puertas de acceso a la iglesia.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de la Amargura (ahora tramo de Santiago Tapia), se ubicó hasta mediados de año del 2021 empotrada en su sitio original en la esquina de  Santiago Tapia y Zaragoza.

Sector Revolución (antes Cuartel III)

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de las Amapolas (ahora tramo de Aquiles Serdán), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Aquiles Serdán y Miguel Silva.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Clavel (ahora tramo de Aquiles Serdán), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Aquiles Serdán y Belisario Domínguez.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de las Monjas (ahora tramo de Madero Oriente), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Belisario Domínguez y Madero Oriente.

Placa que indicaba la ubicación de la Parroquia del Señor San José, se ubica empotrada en su sitio original en la puerta sur de acceso a la iglesia.

Sector Nueva España (antes Cuartel IV)

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle del Tapón (ahora tramo de Antonio Alzate), se ubica empotrada en su sitio original en la esquina de Antonio Alzate y Virrey de Mendoza.

Placa de nomenclatura que indicaba la ubicación de la Calle de la Cruz (ahora tramo de Vasco de Quiroga), se ubica empotrada en su sitio original a un costado de la puerta de acceso al tempo de la Cruz.

Placa que indicaba la ubicación de la Capilla de la Columna, se ubica empotrada en su sitio original en la puerta de acceso a la capilla.

Ejemplo de lugar donde fue retirada la placa que indicaba la ubicación de la Calle de las Ratas, en la esquina de Bartolomé de las Casas y Juan José de Lejarza.

martes, 24 de marzo de 2020

Epidemias en Valladolid-Morelia (1785 y 1850)

Desde la fundación de la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, la vida social y común de sus moradores se ha visto afectada por fenómenos de índole natural que afectan los diferentes estratos sociales, así como las actividades cotidianas que comúnmente llevamos a cabo (escuela, trabajo, etcétera), los fenómenos naturales a los que nos referimos son las epidemias o brotes de  enfermedades que se han presentado a lo largo de los siglos y de los cuales tenemos algunas referencias del como se actuó ante estas situaciones según datos ofrecidos por el Historiador Mariano de Jesús Torres.

Epidemia de 1785 a 1786 o Año del Hambre.
"Con este nombre se designa vulgarmente al de 1786, en que por virtud de la perdida de las cosechas, a consecuencia de la falta de lluvias, se escasearon las semillas de primera necesidad, como maíz y trigo, a tal grado, que la gente pobre, no pudiendo proveerse de ellas para sus alimentos, padeció mucha hambre y miseria. En aflictivas circunstancias, el Ilustrisimo y Reverendisimo Sr. Don Fray Antonio de San Miguel Iglesias, obispo de Michoacán, con una caridad digna de todo elogio, empleo todos sus recursos y hasta se privo del uso del coche para socorrer a los necesitados, entonces también para proporcionarles trabajo a los que habían quedado en la más triste situación, determino construir el grandioso acueducto que posee la ciudad."
La descripción que ofrece Mariano de Jesús Torres ofrece pocos datos sobre como la Ciudad de Valladolid vivió aquellas penas ocurridas durante el periodo de 1785 a 1786, algunas otras fuentes hacen referencia a las grandes mortandades que se tuvieron en la Nueva España, incluida Valladolid, como consecuencia de la falta de alimentos, todo aquello derivado de la sequía que se vivió en años previos, lo cual genero las condiciones perfectas para que aparecieran y se diseminaran entre la población diferentes enfermedades contagiosas que afectaban a todos los estratos sociales que conformaban la sociedad vallisoletana.

Mapa que indica los decesos ocurridos en diferentes ciudades durante el Año del Hambre en la Nueva España

Año del Segundo Colera (1850)
"Año del segundo colera fue el de 1850 en el que la terrible peste de colera condujo al sepulcro a miles de personas. El gobierno civil estableció lazaretos en todos los barrios de la ciudad para auxiliar a los pobres que eran invadidos de la peste; varios médicos, costeados por aquel, recorrían a cabalo todas las partes donde había enfermos que necesitaban sus auxilios, una bandera blanca colocada en la puerta de las casas les indicaba que ahí había un enfermo. Era tanto el número de muertos diariamente, que los sepultureros del panteón de San Juan (ubicado en la manzana donde se encuentra el templo de San Juan, entre las calles de Luis Moya, Revolución, Plan de Ayala y 20 de Noviembre) no alcanzaban a enterrar a todos los que llegaban, y los dejaban hacinados en el descanso, para inhumarlos al día siguiente, dándose el caso que algunos, que realmente no habían muerto sino que habían sufrido solo un sincope, se encontraban vivos, y se les volvía a su casa con notable estupor de sus deudos. Se hacían constantes rogativas publicas en todos los templos, se sacaban en procesión imágenes de santos que nunca habían salido, como el Sr. de la Sacristía que se encuentra en la Catedral  y la Virgen de Guadalupe que se encuentra en el templo de San Diego. El Ayuntamiento estableció una cuidadosa vigilancia para que no se vendiera fruta o comestibles nocivos. En los conventos de San Francisco y del Carmen se repartían todas las mañanas a los pobres en la puerta falsa del convento, pan blanco y atole. En fin, la caridad hizo ostensibles sus beneficios de diversas maneras."
Debido a la escasa higiene y carencia de los servicios básicos con los que contamos el día de hoy, así como a los avances en medicina, la sociedad moreliana tuvo que hacer frente a estas enfermedades que atacaban sin distinción de clases o sexo a los pobladores de antaño, aún hoy en día con los avances tecnológicos que tenemos volvemos a ser testigos de un fenómeno de este tipo del cual esperemos no tengamos repercusiones mayores en esta nuestra ciudad de Morelia.





sábado, 14 de marzo de 2020

Calle del Junco (ahora tramo de Amado Nervo)

Nomenclatura de 1794: Calle de Casas Altas (tramo).
Nomenclatura de 1840: Calle del Junco.
Nomenclatura de 1868: Calle 8a. de Bravo (tramo).
Nomenclatura de 1929: Calle de Amado Nervo (tramo).
Cuartel (1794, 1840 y 1868): Número 3, Barrio de Nuestra Señora de Guadalupe.
Sector (actual a partir de 1929): Revolución.

 La actual calle de Amado Nervo, en el centro de la ciudad, es una de las que se tiene información documentada sobre su existencia, originalmente no contaba con el total de manzanas que actualmente conocemos, el tramo del cual hablaremos el día de hoy es el que se compete al  primer par de manzanas de esta, es decir, el tramo que se encuentra entre la Avenida Madero Oriente y la Calle de Aquiles Serdán.

Vista actual de la antigua Calle del Junco

Siguiendo la descripción realizada por Ernesto Lemoine Villicaña, en la cual se mencionan los nombres que fueron asignados en esta primera nomenclatura que recibio la ciudad, así como las manzanas que componían cada calle del Plano de Valladolid, fechado en el año de 1794, se ubica al tramo comprendido entre la Avenida Madero Oriente y la calle de Aquiles Serdán, como la primer manzana que componia la Calle de Casas Altas, no tenemos ninguna referencia del porque este nombre, es poca la memoria existente referente a la asignación de los nombres de las calles a fines del Siglo XVIII.

Vista actual de la antigua Calle del Junco

Posteriormente y como se menciona en publicaciones anteriores, en el año de 1840, el Ayuntamiento de la ya para entonces Ciudad de Morelia, decide reorganizar la nomenclatura de las calles existentes, esto por la necesidad de tener un mayor control de la misma, recordemos que habían pasado casi 50 años desde la primer nomenclatura, manzanas, calles y casas se crearon en este tiempo por lo que se asignaron nuevos nombres a las mismas, a diferencia de la nomenclatura de 1794, en esta los nombres se asignaban por pares de manzanas,  de tal manera que, el tramo entre la Avenida Madero Oriente y la calle de Aquiles Serdán recibió en nombre de la Calle del Junco.

Marco de antigua puerta con la letra F, correspondiente a la nomenclatura de 1840

Para los primeros años del Siglo XX, el moreliano Mariano de Jesús Torres, escribió lo siguiente referente a la Calle del Junco:
"Junco: Nombre de la calle que corre de Sur a Norte, entre las manzanas 5a y 6a del Barrio de Guadalupe. Rompe de la Calle 1a Nacional (actual avenida Madero Oriente), y desemboca frente a la Plaza de Toros (dicha plaza se encontraba en la manzana donde actualmente se encuentra el Hotel Vista Express Morelia). Se forma de casas de mediano aspecto, y es la única en la ciudad que esta enlosada, hasta donde debía tener empedrado. Es muy concurrida especialmente en los días que hay función de toros o de circo en la referida plaza."

Se desconoce el porqué recibió el nombre del Junco, no debe confundirse con el Callejón del Junco que corresponde a la nomenclatura del año de 1794 (actual calle de Revolución), probablemente y debido a su colindancia con dicho callejón es por lo que en el año de 1840 se decide asignarle este nombre, aunque es una mera suposición. 

miércoles, 25 de octubre de 2017

El Tesoro del Obispado (ocurrió en la esquina de Benito Juárez y Santiago Tapia)

Recorrer los rincones de la ciudad es sin duda un deleite para la vista pues sus construcciones palaciegas endulzan la vista con el aire imponente que de ellas sale, una de estas construcciones es la que en tiempos del virreinato fungió como Palacio del Obispado de la Ciudad de Valladolid, ubicado en la esquina que se forma del cruce de las calles de Benito Juárez y Santiago Tapia (ahora oficinas de la Secretaría de Salud Pública) y en el cual se entreteje uno de los misterios más arraigados en la memoria de los moradores de la antigua Morelia.

Fachada del antiguo Palacio del Obispado

El Obispado Viejo del cual apenas quedan las señales, era un verdadero palacio colonial cuya ruina comenzó a mediados del siglo XIX. El jaramago, verdadera flor de las ruinas, la maleza y las campanillas azules poblaban sus patios cubiertos de escombros. Aquí, los muros ennegrecidos, manchados de musgo; allí, capiteles y fustes de columnas rotas y tiradas por el suelo; allá, el oratorio con sus bóvedas agrietadas y sus puertas esculpidas coronadas de escudos con cimeras flotantes de hiedra.

El búho, la lechuza, el murciélago y la lagartija eran los únicos moradores de esas ruinas, hasta que un día se presentó un alfarero que las arrendó, para establecer allí una fábrica de loza vidriada y azulejo de colores, hizo estanques en el sitio donde estuvo la huerta para echar a podrir la arcilla, construyó hornos, contrató operarios, llenó de leña los cuartos que había en buen estado aún y en seguida se comenzó el trabajo con tal ahínco que en breve pobló los mercados de loza y las cúpulas de azulejo.

Este maestro alfarero era más bien buscador de tesoros que hacía tiempo sabía que allí, en el Obispado Viejo había enterrado desde la guerra de independencia, un tesoro que superaba a toda ponderación y que él quiso buscar con el pretexto de poner allí la alfarería. Había oído que en la noche del jueves santo, pasaban en aquellas ruinas cosas maravillosas que sin duda se relacionaban con su intento y a todo trance quiso presenciarlas llegado el caso. Mas antes, no dejó de hacer sus pesquisas que siempre resultaron infructuosas. De noche, cuando todo callaba, menos el graznido de la lechuza y el ronco gemido del búho, el alfarero se entregaba a las excavaciones con el mayor silencio y sigilo, ya debajo de la ancha escalera sin peldaños, ya en el maltrecho pavimento de la biblioteca, ya en la fuente seca de la huerta, ya al pie de un añoso fresno rodeado de retorcidos y viejos limares, ya en este o en aquel muro macizo donde había sonado hueco, al golpear con el mango del zapapico. Pero jamás encontró sino pedazos de tibores, fragmentos de vidrio, cueros y otras baratijas de ningún valor ni importancia. Cuando los operarios le preguntaban la razón de aquellos escarbaderos, contestaba que eran para proveerse de barro; pues no lo había en ninguna otra parte de mejor clase, aunque no los dejaba convencidos. Es un hombre misterioso, decían, quizá un brujo que anda buscando dinero enterrado que muy bien pudieron haber dejado aquí los gachupines cuando fueron expulsados del país. Los vecinos del templo del Carmen que oían de noche el acompasado golpear del zapapico, se asomaban por las hendiduras del portón o por las grietas de los muros y le veían fatigado y sudoroso cavando y cavando, a la escasa y rojiza luz de un mechero de ocote y manteca que daba al cuadro un aspecto fantástico, produciendo tonos calientes y sombras movedizas.

Antigua Calle del Obispado

Llegó por fin la ansiada noche del jueves santo. La luna llena había subido hasta la mitad del opalino cielo, derramando su luz melancólica y tibia sobre aquellas pavorosas ruinas. El alfarero sentado en una basa rota con los codos en las piernas y la cara entre las manos, aguardaba impaciente la hora precisa en que comenzaba el prodigio. Sonó lentamente el reloj de la catedral, una, dos, tres, cuatro agudas campanadas y después, la una de la mañana; y !oh prodigio inenarrable! Comenzaron a afirmarse los cimientos del palacio, a colocarse las basas, las columnas, los capiteles y los arcos en sus lugares; se rehicieron muros y techos, se iluminaron los salones, se colgaron los paños de tapiz, aparecieron los blasonados sitiales como en los tiempos de fiestas y de recepciones episcopales. Del salón del trono salió un obispo con el rostro descarnado a quien seguían unos pajes con rostros pálidos y miradas perdidas que iban cargados de cofres forrados de cuero prendido con tachuelas de cobre dorado y abrazaderas de hierro. Bajaron la empinada escalera de mármol y se dirigieron por los anchos corredores del piso bajo hacia un cuarto que coincidía con el esquinar del palacio y en el cual el alfarero había puesto su estancia. Este, que se había levantado maquinalmente de su asiento, seguía y presenciaba aquella extraordinaria escena con aterrados ojos. Los pajes, dejando en el suelo los cofres, despejaron el cuarto de los muebles que tenía y que eran un dosel de terciopelo rojo con franjas de oro, un sillón blasonado y una mesa torneada, sobre la cual había un crucifijo de marfil amarillento.

En el lugar donde se ostentaba el dosel cavaron un poco y después de haber removido una enorme losa armada de dos argollas de hierro de cada uno de los extremos, bajaron por una escalinata a un subterráneo obscuro y profundo que se vio iluminado repentinamente por las hachas encendidas que los pajes llevaban en las manos. Al ser las sombras heridas por la temblona luz de las hachas, se dibujaron en las paredes sarcófagos sobre los cuales había borrosas inscripciones. Sobre el pavimento pusieron los cofres y para revisar los objetos en ellos encerrados, los abrieron y en una mesa que allí había, fueron poniendo uno a uno los ornamentos sagrados y las alhajas. Ternos toledanos recamados de oro, plata y seda; ternos florentinos bordados de imaginería; capas pluviales, frontales, almaizales y palios suntuosos; mitras cuajadas de perlas, báculos, pectorales, incensarios y vinajeras de oro esmaltado; relicarios de plata cincelada y dorada a fuego; anillos pastorales con esmeraldas, amatistas y brillantes. Después de haber tomado nota de tanta riqueza, fue de nuevo guardada en los cofres y cerrados estos con llaves de hierro cincelado. Salieron uno tras otro el obispo y los pajes, dejando caer sobre la entrada del subterráneo la pesada losa provista de dos argollas de hierro en sus extremos. En aquellos instantes volvieron a desplomarse con gran estrépito los techos artesonados, los muros, los arcos y las columnas; nació y creció por encanto la colosal y exuberante vegetación que antes había esmaltado las ruinas.



El alfarero aturdido y aterrado volvió en sí a los primeros rayos de un Sol primaveral, sentado aún en la basa rota con los codos en los muslos la cara entre las manos y el rocío en la cabeza calenturienta y desvanecida. Las matracas de las iglesias resonaban en sus torres, llamando a oficios. La gente iba y venía afanosa para contemplar los pasos dolorosos de Cristo en aquel viernes santo cubierto de flores y de los perfumes de la primavera.

En una semana desapareció de las ruinas del obispado viejo el alfarero, sin saberse más de él, quedando sólo para memorias los muros ennegrecidos y las bóvedas ahumadas por el espeso humo de los hornos de la alfarería. La gente extrañando que de nuevo quedasen desiertas la ruinas exclamaba con frecuencia: !Qué va. . . el alfarero sacó el tesoro y se fue con él a disfrutarlo!, aunque hubo quienes afirmaban que por cosa del diablo el alfarero había sido arrastrado al mas allá por atreverse a profanar aquel sagrado tesoro del Obispado Viejo.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Nomenclatura de las calles existentes entre 1840 y 1868 en el actual Sector Nueva España, antes Cuartel 4°

DE NORTE A SUR 

Avenida Morelos Sur:

-Calle de San Juan de Dios (entre Avenida Madero Oriente y Valladolid)
-Calle de Mira al Río (entre Valladolid y Antonio Alzate)
-Calle de Morelos (entre Antonio Alzate y Lic. Soto Saldaña)
-Calle de las Bonitas (entre Lic. Soto Saldaña y Ortega y Montañez)
-Calle del Soldado (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)
-Calle del Furioso (entre Ana María Gallaga y Avenida Lázaro Cárdenas)

Calle de Virrey de Mendoza:

-Calle de Cocheras (entre Madero Oriente y Valladolid)
-Calle del Tunante (entre Valladolid y Antonio Alzate)
-Calle de Marte (entre Antonio Alzate y Lic. Soto Saldaña)
-Calle del Águila (entre Lic. Soto Saldaña y Ortega y Montañez)
-Calle de Orfeo (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)
-Calle del Cántaro (entre Ana María Gallaga y Avenida Lázaro Cárdenas)

Calle de Vasco de Quiroga:

-Calle de la Cruz (entre Avenida Madero Oriente y Valladolid)
-Calle de la Alegría (entre Valladolid y Antonio Alzate)
-Calle del Veterano (entre Antonio Alzate y Lic. Soto Saldaña)
-Calle del Pueblo (entre Lic. Soto Saldaña y Ortega y Montañez)
-Calle del Baluarte (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)
-Calle del Zonzo (entre Ana María Gallaga y Lázaro Cárdenas)

Calle de Fray Juan de San Miguel:


Calle de Andrés del Río:

-Calle de la Primavera (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)
-Calle del Sarape (entre Ana María Gallaga y Lázaro Cárdenas)

Calle de Velázquez de León:

-Calle del Oso (entre Mariano Elizaga y Padre Lloreda)
-Calle del Naranjo (entre Padre Lloreda y Ortega y Montañez)

Calle de Fray Alonso de la Veracruz:

-Calle del Duende

Calle de Vicente Santa María:

-Calle del Zángano (entre Bartolomé de las Casas y Mariano Elizaga)
-Calle del Invierno (entre Mariano Elizaga y Padre Lloreda)
-Calle del Otoño (entre Padre Lloreda y Ortega y Montañez)
-Calle del Meloso (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)
-Calle Sin Nombre (entre Ana María Gallaga y Avenida Lázaro Cárdenas)

Calle de Fray Manuel Navarrete:

-Calle de la Gachupina

Calle de Miguel Cabrera:

-Calle del Perdón (entre Bartolomé de las Casas y Fray Antonio de Margil)
-Calle Sin Nombre (entre Fray Antonio de Margil y Fernández de Córdova
-Calle Sin Nombre (entre Fernández de Córdova y Padre Lloreda)
-Calle Sin Nombre (entre Padre Lloreda y Ortega y Montañez)

Calle de Juan José de Lejarza:

-Calle de las Ratas (entre Avenida Madero Oriente y Bartolomé de las Casas)
-Calle del Pocito (entre Bartolomé de las Casas y Fray Antonio de Margil)
-Calle del Tompeate (entre Fray Antonio de Margil y Padre Lloreda)
-Calle de la Aldea (entre Padre Lloreda y Ortega y Montañez)
-Calle del Peral (entre Ortega y Montañez y Ana María Gallaga)

Calle de Sánchez de Tagle:

-Calle de Benítez (entre Avenida Madero Oriente y Bartolomé de las Casas)
-Calle del Desafío (entre Bartolomé de las Casas y Antonio Alzate)

Calle de Diego José Abad:

-Calle del Hospicio (entre Bartolomé de las Casas y Antonio Alzate)

Calle de Isidro Huarte:

-Calle del Mirto (entre Avenida Madero Oriente y Bartolomé de las Casas)

Calle de Sor Juana Inés de la Cruz:

-Calle del Bosque (entre Avenida Madero Oriente y Antonio Alzate)

Calle de Gertrudis Bocanegra:

-Calle del Álamo (entre Avenida Acueducto y Ortega y Montañez)

Vista de la antigua Calle del Duende


DE PONIENTE A ORIENTE

Avenida Madero Oriente:

-Calle del Diezmo (entre Avenida Morelos Sur y Virrey de Mendoza)
-Calle del Magistrado (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)
-Calle de las Damas (entre Vasco de Quiroga y Fray Juan de San Miguel)
-Calle de las Monjas (entre Fray Juan de San Miguel y Juan José de Lejarza)
-Calle del Clarín (entre Juan José de Lejarza y Sánchez de Tagle)
-Calle del Mirasol (entre Sánchez de Tagle e Isidro Huarte)
-Calle Nacional (entre Isidro Huarte y Acueducto)
-Calzada de México (entre Acueducto y Garita del Zapote, en las cercanías de la gasolinera Poza Rica)

Calle de Valladolid:

-Calle de Iturbide (entre Avenida Morelos Sur y Virrey de Mendoza)
-Calle de San Francisco (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)

Calle de Bartolomé de las Casas:

-Calle del Muerto (entre Vasco de Quiroga y Fray Juan de San Miguel)
-Calle del Biombo (entre Fray Juan de San Miguel y Fray Alonso de la Veracruz)
-Calle del Forastero (entre Fray Alonso de la Veracruz y Miguel Cabrera)
-Calle de Pulido (entre Miguel Cabrera y Juan José de Lejarza)
-Calle de la Columna (entre Juan José de Lejarza y Sánchez de Tagle)
-Calle del Estanque (entre Sánchez de Tagle e Isidro Huarte)
-Calle Sin Nombre (entre Isidro Huarte y Sor Juana Inés de la Cruz)

Calle de Antonio Alzate:

-Calle de los Aguacates (entre Avenida Morelos Sur y Virrey de Mendoza)
-Calle del Tapón (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)
-Calle del Tercer Orden (entre Vasco de Quiroga y Vicente Santa Maria, esta calle se abrio y se le conoció con este nombre al comenzar a derribarse y fraccionarse los terrenos del convento de la orden Franciscana)
-Calle de la Imagen (entre Juan José de Lejarza y Gertrudis Bocanegra, a orillas del Bosque Cuauhtemoc)

Calle de Lic. Soto Saldaña:

-Calle del Corredor (entre Avenida Morelos Norte y Virrey de Mendoza)
-Calle del Jinete (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)

Calle de Mariano Elizaga:


Calle del Fray Antonio de Margil:

-Calle del Zancudo (entre Vicente Santa María y Miguel Cabrera)
-Calle del Céfiro (entre Miguel Cabrera y Juan José de Lejarza)

Calle de Fernández de Córdova:

-Calle del Serrucho (entre Vicente Santa María y Miguel Cabrera)
-Calle Sin Nombre (entre Miguel Cabrera y Juan José de Lejarza)

Calle de Padre Lloreda:

-Calle del Retiro (entre Vasco de Quiroga y Velázquez de León)
-Calle del Curtidor (entre Velázquez de León y Vicente Santa María)
-Calle del Ahorcado (entre Vicente Santa María y Miguel Cabrera)
-Calle del Tramposo (entre Miguel Cabrera y Juan José de Lejarza)

Calle de Ortega y Montañez:

-Calle del Tambor (entre Avenida Morelos Norte y Virrey de Mendoza)
-Calle del Mollejón (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)
-Calle de las Capuchinas (entre Vasco de Quiroga y Velázquez de León)
-Calle del Escondido (entre Velázquez de León y Vicente Santa María)
-Calle del Higo (entre Vicente Santa María y Sánchez de Tagle)

Calle de Ana María Gallaga:

-Calle del Curioso (entre Avenida Morelos Norte y Virrey de Mendoza)
-Calle del Pito (entre Virrey de Mendoza y Vasco de Quiroga)
-Calle del Estío (entre Vasco de Quiroga y Andrés del Río)

Avenida Lazaro Cárdenas:

-Sin Nombre


Nota: Las calles a las cuales no se les hace mención aún no existían en la zona del actual centro histórico y su creación corresponde posterior a la asignación de la nomenclatura de 1840, o en su debido caso existe confusión por la variación de un plano a otro en cuanto a la conformación y cantidad de las manzanas existentes. Las calles del Barrio de Guadalupe se publicarán en otra ocasión.











Calle del Granjeno (o del Grangeno)

Nomenclatura de 1794: Calle del Granjeno (tramo). Nomenclatura de 1840: Calle del Granjeno. Nomenclatura de 1868: Calle 10a. de Aldama. Nome...